Nace en el seno de una accitana familia el 18 de abril de 1.954, en la ciudad de Guadix (Granada). Desde su más corta infancia convive rodeado de la pintura así como de la fotografía y la literatura, al ser éstas las profesiones de sus abuelos maternos y tíos. Su inicial formación es eminentemente técnica al ser arquitecto técnico de profesión y habiendo estudiado, inicialmente, Maestría Industrial en la especialidad de delineación.

Es a principios de los 80 cuando Valverde reconsidera su trayectoria profesional. Hasta ese momento, es de suponer que encuentra un vacío en su carácter creador, tomando la decisión de encaminarse decididamente en el mundo de la pintura. Sus inicios se orientan hacia el Paisajismo de tipo expresionista, realizando numerosas obras de encantadores y bucólicos paisajes, tanto al óleo, acuarela, mixta, pastel etc. alternando con otras temáticas como naturalezas muertas, flores y figuras. 

Este periodo transcurre desde 1.980 hasta 1.999. Es en 1.997 cuando Valverde, toma su primer contacto con la pintura espiritual gracias a una magnífica muestra del gran pintor Julius Bissier. Según el pintor, la visita de esta muestra marca un antes y un después en su trayectoria artística, quedando profundamente impresionado al contemplar esos pequeños cuadros, sublimes, íntimos y de aparente pobreza, generalmente de manchas de tinta china y acuarela. Por tanto Bissier es para Valverde la luz que va a marcar sus futuros pasos creativos, introduciéndolo, como gran xinólogo que fue, en la filosofía oriental de estética taoísta, con todas sus vinculaciones que en el mundo artístico conlleva. 

Poco a poco va asumiendo sus contenidos, al principio -según Valverde- muy difíciles de entender, y lo que es mejor, intenta su aprovechamiento desde el punto de vista creativo, trasladando estos conceptos al soporte del cuadro. Si bien todo esto va sucediendo paulatinamente, no es menos cierto que Valverde ha de ir reponiendo ideas ya concebidas en casi veinte años de pintura realista y figurativa. Se le exige un gran esfuerzo de ruptura con su inicial obra que ya empezaba a consolidarse, incluso a ser coleccionada. El salto a dar es brusco, pero, ante el gran mundo inexplorado que se le posicionaba, no duda en el mismo, instalándose –definitivamente- en otras coordenadas pictóricas que le son –aunque más abstractas- al mismo tiempo más realistas con su formación y evolución cultural y filosófica. 

 En sus últimos tiempos, tras la evolución observada, son pintores de referencia y con los que ahora “convive” los que miran hacia el Expresionismo Abstracto americano, así como los españoles que también pertenecieron a dicha Escuela de New York”, y que allí estuvieron afincados, como el segoviano Esteban Vicente y el granadino José Guerrero, amigo personal de Franz Kline, durante su larga estancia en EEUU. Además muestra especial predilección, entre otros, por determinados componentes del grupo europeo COBRA, con el que también se muestra especialmente identificado. Actualmente, residente en Valencia, trabaja en otros proyectos con desarrollo nuevas técnicas basadas en las posibilidades artísticas de materiales pobres, incluso de desecho, al objeto de ennoblecerlos al darles “segundas” oportunidades artísticas, demostrando –nuevamente- que la creación no tiene que ir de la mano de la superabundancia, ni de medios ni de calidades materiales, que basta con acariciar sus potencialidades para que se muestren generosos, se expresen y se unan muy dignamente a la obra de arte. Igualmente con nuevos materiales de reciente salida al mercado.